Dialectica Politica Potosina
¿Quién gobierna San Luis Potosí cuando llueve?
Por: El ángel guardián / 14 de junio de 2025
En San Luis Potosí, cada vez que el cielo decide descargarse con fuerza, la ciudad entra en un estado de colapso. Bastan unos cuantos milímetros de agua para que el tráfico se convierta en caos, las vialidades colapsen, los semáforos dejen de funcionar, las colonias se inunden y los potosinos terminen atrapados en una ciudad que parece incapaz de resistir siquiera una tormenta común. ¿Y el alcalde? Bien, gracias. Brilla por su ausencia.
No hay una estrategia clara de protección civil, no se anticipa con información oportuna a la ciudadanía, no se despliega personal para atender las zonas críticas, y mucho menos se ofrece una respuesta inmediata a los múltiples reportes que los habitantes hacen en redes sociales y medios de comunicación. Las lluvias nos toman por sorpresa cada temporada, como si viviéramos en una ciudad del trópico sin un solo plan de contingencia.
Lo más lamentable no es el caos en sí, sino la respuesta del presidente municipal, Enrique Galindo. Después de horas de silencio, cuando la desesperación de los ciudadanos ya ha explotado, cuando los autos ya han sido arrastrados por las corrientes o las viviendas se han visto anegadas, aparece con su ya tradicional tono condescendiente para decir que “eso pasa en cualquier ciudad del mundo”. ¿En serio?
¿De verdad cree el alcalde que los potosinos no conocemos otras ciudades? ¿Piensa que ignoramos que en muchas urbes existen sistemas de drenaje pluvial eficientes, protocolos de emergencia activos, personal municipal que actúa con inmediatez y, sobre todo, autoridades que no se escudan en el “mal de muchos” para justificar su inacción? Su respuesta, más que un intento de explicación, parece una falta de respeto a la inteligencia ciudadana. No, señor Galindo: que las ciudades colapsen por lluvias no es normal, es señal de una mala gestión urbana, de una infraestructura olvidada y de un gobierno ausente.
Y cuando no está justificando el caos climático, el alcalde ocupa su tiempo en lo que más le apasiona: la grilla partidista. En estos 15 días, porque acompañó a la senadora Verónica a su registro para seguir siendo la manda más de PAN, pero también se mostró exultante porque una resolución revocó la designación de Sara Rocha como presidenta del PRI en un proceso interno.
Galindo celebró como si hubiera ganado una elección constitucional a la gubernatura, y no un pleito doméstico entre priistas que poco o nada interesa al ciudadano común. En un tono triunfalista, salió a declarar que fue una “victoria jurídica”, y de paso aprovechó para atacar al abogado Rojo Zavaleta, asegurando que es un “mal abogado”.
Aquí cabe una pregunta legítima: ¿Qué le hace suponer a Enrique Galindo que él es un buen abogado? ¿Quién le dijo eso? Porque más allá de tener un título universitario, no se le conoce como un destacado jurista, ni ha hecho carrera en los tribunales, ni es autor de tesis jurídicas notables, ni mucho menos se le relaciona con un prestigio en la academia legal.
Sus credenciales, al menos en lo jurídico, no dan para andar repartiendo etiquetas de “buenos” y “malos” abogados.
Y como si no bastara con la desfachatez, el espectáculo siguió con el desfile de sus “gallinas”, esos operadores digitales que se han especializado en burlarse de los adversarios del alcalde. Esta vez, difundieron audios y videos con tono sarcástico, celebrando la resolución partidista como si se tratara de un evento histórico, mientras la ciudad literal y figuradamente se ahoga.
¿Qué clase de prioridades tiene este gobierno municipal? Mientras la ciudadanía exige soluciones para problemas reales —agua, movilidad, seguridad, infraestructura— el alcalde se entretiene en peleas políticas y vendettas personales. San Luis Potosí necesita más que un ex priista en campaña permanente; necesita un gobernante a tiempo completo, que deje de mirar hacia qué partido va a participar en las próximas elecciones y comience a mirar hacia la ciudad que prometió servir.
Porque mientras Galindo juega a ganar juicios jurídicos en su ex partido el PRI, las calles siguen inundadas, los ciudadanos atrapados y la paciencia, al borde del desborde.
