La bala que mató a Carlos Manzo…
Voz ciudadana / 04 de noviembre de 2025
La bala que mató a Carlos Manzo no era de plomo.
Era mucho más poderosa.
Fue forjada con el metal de nuestra indiferencia,
afilada con el filo del miedo,
y disparada por el gatillo de nuestra apatía.
No salió de un arma,
salió del silencio de un pueblo que ya no actúa,
de los que ven la injusticia y no se mueven,
de los que sienten rabia… pero no dan un paso.
Esa bala se fabricó con cada “yo no puedo”,
con cada “que lo hagan otros”,
con cada marcha que terminó sin compromiso,
con cada esperanza que se apagó frente a la comodidad.
Y hoy no mató solo a un hombre.
Esa bala atravesó el corazón de México,
y nos recordó que cuando no actuamos, también disparamos.
Pero aún hay tiempo.
El alma de este país no ha muerto del todo.
Todavía hay corazones encendidos,
manos dispuestas,
conciencias que tiemblan, no de miedo, sino de coraje.
Que la muerte de Carlos Manzo no sea un punto final,
sino el disparo que nos despierte.
Porque si esto ya no nos duele,
si seguimos sin movernos,
entonces, ya perdimos a México.

