¿Y, si los “acordeones” tuvieran razón?
Pobre justicia… cuántas cosas se hicieron en tu nombre
Ignacio R. Acosta D.L. / 02 de junio de 2025
Mucho se habló, sobre todo en las dos pasadas semanas, acerca de la legalidad o no del uso de “acordeones” para guiarse por quién votar en la elección a jueces y magistrados, debido a la complejidad y amplitud de los perfiles y puestos a elegir, que de inicio parecían que pudieran haber sido una herramienta útil para que los ciudadanos recordaran de forma práctica los perfiles de los candidatos por los que habían decidido votar.
De forma tibia, como en casi todo el proceso, el INE y el CEEPAC, generaban argumentos contradictorios y poco claros, si estos instrumentos eran legales o si eran parte de una coacción del voto hacia determinados candidatos por parte de los partidos políticos hacia los ciudadanos, dejando entre líneas sin duda la injerencia e interés partidista en el proceso, sabiendo lo difícil de determinar de donde y quien diseñó, imprimió y repartió los “acordeones” que circularon por todos lados.
Pero también, se dejó ver cierta ingenuidad de parte de esos dos organismos “autónomos” electorales, ya que, como se comprobó, los “acordeones” impresos no fueron los únicos que fueron repartidos con fines particulares de los partidos, sino que en muchos casos se compartieron por diversos medios virtuales, sobre todo vía WhatsApp por parte de dirigentes y operadores políticos tradicionales de partidos políticos, entre otros, a ciudadanos, a beneficiarios de los programas sociales y a trabajadores de confianza de la burocracia del gobierno federal, del estatal y de los ayuntamientos.
Debido a esa pésima actuación y sin cumplir además la imparcialidad debida a cabalidad tanto por parte del INE como del CEEPAC, la ciudadanía tendremos que esperar, ya que los resultados de la elección serán públicos hasta la segunda semana de junio, debido al conteo centralizado de los votos no por ciudadanos, no en las casillas, sino en las oficinas de los organismos electorales y por burócratas de estos organismos, por lo que a manera de escenario, nos permitimos hacer un ejercicio de cuales candidatos a magistrados, de acuerdo a los “acordeones” repartidos, serían quienes fueran los ganadores.
En el “acordeón” que circuló, presuntamente por parte del Partido Verde en el Estado, se “recomendaba” que se votara, en caso de las mujeres, por las candidatas registradas con los números: 11, 05, 13, 09, 02, 03, 07 y 01, resaltando de inicio porque no en el orden ascendente normal de una numeración, pero con un razonamiento lógico político “natural” al saber que la primera posición es la más segura que no se olvide y que se garantice la votación por ese número, lo que en este caso, de forma casual, el primer número pertenecía a la hermana del secretario general de gobierno, ya magistrada en funciones, pero sabiendo que la persona que saque más votos en la elección será la que ocupe la presidencia del supremo tribunal de justicia. Juzgue usted, la coincidencia.
Por el lado de los varones, el “acordeón” recomendaba que se votara, en este orden, por los números: 26, 27, 30, 35, 36, 34 y 23, lo que comprueba, si es que es este “acordeón” fue repartido presuntamente por los operadores del partido verde, el rompimiento de cualquier acuerdo político para la elección con MORENA y que cada uno de ellos traían sus propios candidatos, debido a que Juan Pablo Almazán Cué y Héctor Vega Robles no están considerados, además de la no inclusión de América Onofre, presuntamente propuesta por el PAN, en la alianza de interés como siempre que hizo un diputado panista con MORENA.
Si se cumplieran estos escenarios descritos, entonces, las magistradas electas que se esperaría comprobar serían 4 de las siguientes 8 mujeres: Silvia Torres; Rocío Hernández; Lourdes Zarazúa; Lizet Morales; Juana Alfaro; Sara Bernal; Mónica Kemp y Liliana Aguilar.
Por parte de los varones, serían los siguientes: Arturo Silva; Armando Oviedo; David Ramos; Rogelio Salazar; Jairo Hernández, y desafortunadamente aún y con toda la violación a la convocatoria el ex fiscal José Luis Ruiz y el hasta hoy subsecretario de gobierno, quien como se le ha dicho, desafortunadamente vendió su ideología por un puesto, Ángel Gonzalo Santiago.
