• 10 septiembre, 2025 20:48

Dialectica politica potosina 200825

El empresario que ya se cree dueño de palacio de gobierno.

Por: El ángel guardián / 20 de agosto de 2025

En política, hay entrevistas y apariciones públicas que no dicen nada y otras que lo dicen todo, aunque el entrevistado jure lo contrario. En recientes entrevistas y videos grabados en sus redes sociales, el empresario metido a político, Gerardo Sánchez Zumaya cayó en la segunda categoría: con menos plática casual y más un escaparate, el huasteco deja ver lo que realmente trae entre ceja y ceja. Spoiler: no es filantropía, ni fundaciones, ni dializadores. Es su intención a la gubernatura de San Luis Potosí.

Sin lugar a dudas. Porque, aunque intenta sonar prudente, conciliador y casi zen, la verdad es que ya se le nota la terrible ansiedad de ser candidato. Ese “nuevo” Gerardo sin gritos o bravuconadas, sino más bien mesurado y sonriente, es un producto político que sus “asesores”, financiadores y padrinos políticos quieren cuidar, aunque no lo logran, pero, como producto al que le están invirtiendo mucho dinero, trae etiqueta de fábrica: MORENA nacional. No la Huasteca, no el comité estatal, mucho menos el PT o el Partido Verde. El sello vendría de alguien de arriba, aunque bien a bien no se sepa de cual tribu, fracción o rama de MORENA se trate.

De bravucón a “estadista exprés”

Lo curioso no es que Zumaya quiera ser gobernador —al final, ¿quién no en este circo de múltiples actores y actoras políticos quisiera serlo? —, sino lo que realmente llama la atención es, su casi kafkiana metamorfosis. El empresario que antes lanzaba frases arrebatadas, hoy recita discursos de “unidad” y ofrece respeto como si estuviera en campaña de Miss Simpatía. Se notó tanto el cambio de libreto que uno sospecha que antes de la entrevista, alguien lo sentó y le dijo: “no pelees, sonríe, y repite tres veces que no estás obsesionado con el cargo”.

El resultado: un Gerardo que parece haber tomado un diplomado intensivo en Moderación para principiantes y/o un curso de manejo de la ira.

El misil disfrazado de caricia.

La frase que lo delató fue sutil, pero pensada al estilo de la 4T potosina: “sí a Morena, pero no con el Verde”. Más que opinión, fue un misil político cubierto con terciopelo. Y claro, nadie suelta ese tipo de línea si no viene palomeada desde el escritorio donde se decide quién sí, quién no y quien sale de juego en 2027 y en adelante.

Porque, seamos serios: ¿a poco alguien cree que el empresario huasteco de repente se volvió experto en diplomacia, educación y seguridad por inspiración divina? No. Lo que vimos fue un político con asesoría de alto nivel y más alto precio, jugando a sonar ciudadano mientras repite el guion de MORENA: disciplina, prudencia y unidad.

El “no estoy obsesionado” que apesta a obsesión.

Lo más risible fue el numerito de la “humildad política”. Que sí quiere ser gobernador, pero si hay alguien mejor evaluado, se hace a un lado… Ajá. Como si de verdad alguien que se sube al ring con la mira en el 2027 estuviera dispuesto a bajarse voluntariamente. Esa frase no es humildad, es táctica. Un movimiento para sonar distinto a los otros políticos de siempre, cuando en realidad el deseo se le escapa por los poros.  Es como aquel amigo que insiste en que “no está celoso” mientras revisa el celular ajeno a escondidas.

El arranque disfrazado.

Entre alusiones a la delincuencia como cáncer y la educación como quimioterapia, lo que realmente queda claro es que Zumaya reinicia su antes suspendida, sin saber porque, precampaña. Su “sí quiero ser gobernador” no sonó a aspiración, sonó a declaración oficial de campaña. La “nueva” narrativa e imagen que ha manejado Sánchez Zumaya, es tratar de posicionar una imagen para él imposible y aunque la mona se vista de seda …

Nuevo tablero político

Sin duda alguna, el mensaje es claro: San Luis Potosí ya tiene otro jugador en la cancha, no con el Gerardo de antes, sino con uno que pretendería ser disciplinado, calculador y con sonrisa medida, compitiendo con la que hasta hace poco era la única figura real en MORENA Rosa Icela Rodríguez. Ahora, la partida tiene dos piezas en el tablero: una cuidando la gobernabilidad del país y otro pretendiendo la seguridad de alguien que se imagina recorriendo los pasillos del Palacio de Gobierno como si fueran los de su propia empresa.

Sin paridad de género el gabinete del Municipio de San Luis Potosí.

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