De corrupción, prepotencia, borracheras e impunidad.
Ignacio R. Acosta D.L. / 27 de febrero de 2025
- En el discurso oficial del Ayuntamiento de San Luis Potosí “todos los funcionarios trabajan 24/7 y todos son de una conducta intachable, que no quede duda alguna”. Afortunadamente, la fría realidad en múltiples ocasiones desmiente este discurso: los funcionarios son quienes no están puntuales en sus oficinas, con el pretexto de que están en “desayunos de trabajo”; son los primeros que llegan a ocupar los lugares preferentes en los conciertos de artistas famosos en horas laborales; quienes desde las 3 de la tarde y en ocasiones hasta altas horas de la noche se les ve comiendo, bebiendo y departiendo en los más caros restaurantes de la ciudad y son ellos quienes pelean por amores o favores al interior de las oficinas públicas al grado de interrumpir lo que debería ser una buena administración municipal.
- Martes en la noche. En una camioneta que nadie, por más que se preguntó al director de comunicación social, ha aclarado si es propiedad del ayuntamiento, el siempre arrogante secretario del ayuntamiento Fernando Chávez al parecer en presunto estado de ebriedad, de quien según se preguntó a quién lo conocen al ver las fotos del accidente, dicen no tienen duda de que así fue, chocó por alcance contra un vehículo en el Río Santiago y Sierra Leona, dejando daños visibles a ambos vehículos, lo cual sin duda a todos puede pasarnos o nos ha pasado, pero en esas situaciones cada uno resolvemos con recursos y capacidades propias, pero no con influencias o privilegios a todas luces ilegales e inmorales.
- Lo que llamó la atención según versiones de algunos testigos presenciales, fue que el secretario del ayuntamiento que se ostenta y exige que le digan “Ingeniero” sin serlo, de inicio al parecer quiso de forma prepotente y como siempre gritando como si con ello impusiera una autoridad que no tiene y pocos reconocen en realidad, aparentar de que el siniestro no era de gravedad alguna, sin llegar a ponerse de acuerdo de inicio con la parte afectada, hasta que al lugar llegó una patrulla del ayuntamiento de San Luis Potosí, desconociéndose si fue por solicitud del funcionario o comedimiento del comisario secretario de seguridad pública.
- A partir de ahí, de pronto y por arte de magia aparecieron más patrullas de la corporación, cosa pocas y raras veces vista cuando un ciudadano de a pie necesita el apoyo de seguridad pública municipal, de forma que probablemente la parte afectada se sintió agobiada o cohibida por tanta presencia de autoridad, además de por la llegada de otros funcionarios del ayuntamiento que salieron de su cama para apoyar al “ingeniero”, quienes en todo momento estaban al pendiente de que todo estuviera bien y no se molestara al flamante “jefe”, a quien según las evidencias en fotografías y video, se observa estaba tras un poste en una arboleda al lado de la vía donde ocurrió el accidente, con la cara desencajada y con las manos en el bolsillo del pantalón, como queriendo ocultar su posible irresponsabilidad.
- Minutos después, al percatarse el secretario del ayuntamiento que iban arribando algunos medios de comunicación, por instinto, consejo o conveniencia abandonó el lugar de los hechos sin que ningún elemento de seguridad pública municipal hiciera el mínimo intento por realizarle el examen de alcoholemia o algún otro procedimiento para verificar su condición para comprobar o no si había ingerido bebidas alcohólicas y estar seguros si estaba en condiciones de manejar con aliento alcohólico o si estaba en estado de ebriedad. No fuera un ciudadano común y corriente que tuviera la mala suerte de caer en un retén anti alcohol del municipio, porque una de dos, o los elementos de la policía vial lo extorsionan con una fuerte cantidad para dejarlo ir, o lo remiten a la barandilla o hasta el mismo ministerio público con las debidas multas y procesos que se tienen para los justificados casos en los que se comprueben los hechos.
- En todo caso, el cuestionamiento principal de la ciudadanía es porque en ningún momento se le realizó por parte de la autoridad vial alguna prueba de capacidad motriz, coordinación o de alcoholemia y se dejó ir tan campante al funcionario, teniendo además la fortuna de que el alcalde Enrique Galindo en la rueda de prensa que se dio a medio día de ayer, minimizó el hecho, reduciéndolo a un “simple accidente”, a pesar de que el Artículo 157 del reglamento de tránsito establece que: “Los conductores de vehículos que violen las disposiciones de la Ley y este Reglamento, y que al estar operando un vehículo de automotor muestren síntomas que indiquen que se encuentren bajo el influjo de bebidas alcohólicas, enervantes, estupefacientes, sustancias psicotrópicas, tóxicas o incoordinación motora, serán presentados ante el médico legista de la Dirección para realizar las pruebas conducentes y detectar el grado y tipo de intoxicación”.
- Pero la opinión pública siempre señala la mala o dudosa actuación de la autoridad. En grupos de WhatsApp, diversas redes sociales y medios de comunicación circuló la noticia, fotografías y videos de los hechos publicando infinidad de comentarios que en su mayoría condenaban con expresiones populares y calificativos directos y certeros la influencia, privilegios y apoyo que injusta e inexplicablemente tuvo el secretario del ayuntamiento, que pueden resumirse en uno que dice: “Que es mala imagen y falta de ética de su parte (de Fernando Chávez), abandonar el lugar del accidente y no hacerse responsable. Y sanciones también a los agentes de la policía vial que no lo detuvieron para llevarlo al servicio médico para practicarle el examen de alcoholemia”.
- Ojalá se compartan los videos de los hechos y como declaró el alcalde Galindo de que “si tuviera una evidencia posterior (él) tomaría una decisión”, pero mientras tanto debe mandar el mensaje claro a la ciudadanía que ningún funcionario de su gabinete es intocable. Para ser una capital mundial de la cultura, hay que empezar en casa propia. La impunidad y el influyentismo sin duda alguna no son parte de la cultura que queremos. Si se permite como hasta ahora lo anterior, ¿Con que cara o calidad puede el ayuntamiento volver a señalar que todas y todos debemos cumplir la ley?
