Crónica Municipal
Crónica de la sesión de Cabildo del Ayuntamiento de San Luis Potosí en la que se prioriza el interés personal de la mayoría de las y los regidores, por encima del interés común.
En menos de una hora, el gobierno priista de la capital de San Luis Potosí, aprueba la propuesta de incrementar impuestos por servicios públicos y pretende engañar una vez más a la ciudadanía.
A más impuestos, más asesores, más fuegos artificiales; menos eficiencia, menos transparencia, menos servicios de calidad del ayuntamiento.
Estimado lector: Permítame plantear tres puntos concretos, antes de iniciar el relato motivo de ésta crónica, que me permitirán contextualizar los hechos descritos:
Uno. Usted y yo, o cualquier persona que radica en el municipio de San Luis Potosí, por más que consuma a toda hora miles de mensajes impresos o digitales de los grandes logros de la administración municipal, o por más simpatía que le tenga al presidente municipal Enrique Galindo, o por más enojo que le tenga al Gallardismo o a la 4T, o por más que usted se considere “apolítico”, usted sabe, vive, comprueba a cada momento y está completamente consciente de que los servicios públicos de la capital, y no se diga de las delegaciones y de las zonas rurales, son de una calidad muy baja y por lo menos cuestionable y en la mayoría de los casos dejan mucho que desear, aún y cuando apenas se haya inaugurado, concluido o realizado la promesa o compromiso de arreglar cualquiera de los múltiples problemas que a todos como comunidad nos aquejan.
Dos. Pocas personas han tenido la oportunidad de conocer mínimamente a sus representantes que integran el Cabildo de su municipio, y mucho menos de conocer o aprobar su perfil académico, laboral, axiológico o de resultados; ellos, son realmente poco conocidos debido quizás a que en su mayoría llegan a ese puesto, con sueldos, prestaciones y otras canonjías nada despreciables, con la vorágine y la mercadotecnia del vencedor de la campaña electoral, mientras que la mayoría de la ciudadanía desconoce quién es, que hizo, o que está haciendo y la calidad e impacto de sus resultados. Sin embargo, como es costumbre, ellos, como autoridad máxima, como cuerpo colegiado por encima de la autoridad del presidente municipal se escudan en discursos demagógicos o en el confort de su oficina, con las prebendas que el puesto otorga.
Tres. Es común tradicionalmente anteponer la letra “H” antes del nombre de una institución de algunos ámbitos y poderes de gobierno, como lo son el Congreso del Estado o el Ayuntamiento de un determinado Municipio. Esa letra “H”, que significa “Honorable”, representa que pertenecer a ella, es un alto honor y prestigio que conlleva a la par, el debido compromiso de la palabra empeñada, con la integridad, la congruencia y con la honestidad. Desafortunadamente ese calificativo se ha perdido, aún y cuando por mucho tiempo representó que pertenecer a esas instituciones era ser parte de un pequeño segmento privilegiado de la población, nada más ni nada menos por la oportunidad y objetivo que se tenía de servir a la ciudadanía, buscando siempre el bien común.

El pasado 25 de noviembre, citados a la una de la tarde en el salón de regidores del palacio municipal de San Luis Potosí, iban llegando a la cita los integrantes del cuerpo edilicio del cabildo capitalino y el presidente municipal, acompañados por el secretario del ayuntamiento, el “Ingeniero que no es tal”, y sus respectivos séquitos, todos de forma puntual con la excepción de la regidora Limbania Martel Espinosa, pero como es costumbre, como en el congreso del estado, los eventos del Ayuntamiento de la capital, en este caso la reunión de cabildo también inició más tarde de lo programado.
Como parte del derecho de la ciudadanía de conocer que pasa y la actuación de los integrantes del cuerpo edilicio en las reuniones de cabildo, llama la atención que, en la página web del ayuntamiento en la sección de regidores, se encuentra la foto, nombre y un breve resumen curricular de cada regidor, pero casualmente, no a qué partido político pertenece y representa. ¿Tampoco tenemos derecho a saber eso como ciudadanos?
Como días anteriores, los “polisías” preventivos que resguardan el palacio municipal por iniciativa propia o por instrucción, como siempre y de forma sistémica, obstruyen el paso a un espacio público, sin importar si el visitante es turista, ciudadano o visitante, actuando con prepotencia y coartando la posibilidad de acceder libremente al recinto o cerrando las puertas del mismo con el argumento de que “está cerrado porque hay una situación de seguridad”, mientras que el comisario- secretario-maestro Juan Antonio Villa, ignora los cuestionamientos y los reportes que se le realizan del porqué la actuación de sus elementos, en los que dice se han invertido millones de pesos en su formación.


Habrá que decirle nuevamante a ver si entiende don Juan Antonio, sin que se lo vaya a preguntar a quien realmente manda en su secretaría. que la capacitación efectiva, no es el número de cursos ni cantidad de horas clase impartidos o recibidos, sino que la capacitación, sobre todo a los elementos de seguridad pública o “ciudadana” es un cambio de conducta en el servicio y atención a los ciudadanos.
A la entrada del salón de cabildo, en la división entre la mesa de regidores y medios de comunicación, como discreto guardián de la casa del amo, el director de comunicación social del ayuntamiento, Eduardo Marceleño, protector y benefactor de individuos señalados como delincuentes, siempre atento a que ningún representante de los medios cruce esa valla, o tenga la osadía de preguntarle algo fuera de tiempo a su jefe.
De forma fortuita, por descuido o amañada, la transmisión de la sesión vía redes sociales del ayuntamiento, no tuvo audio durante los más de diez minutos de iniciada la sesión, en la cual se plantearon los “enormes beneficios” de contar con un presupuesto como el que se presentaba y al final se aprobó, aún y cuando incluyera incrementos desmedidos en algunos servicios, como los parquímetros, el alumbrado público, actas de matrimonio y defunciones entre otros y para “continuar amablemente con la construcción de un mejor San Luis Potosí”.
Al inicio de la sesión de cabildo, también de forma extraña, no existió ningún debate o aunque fuera un mínimo comentario acerca del contenido o acuerdos de la sesión anterior, todo está bien, nadie leyó o a nadie le interesa, ni a regidores, ni a síndicos, ni al presidente municipal, ni a sus funcionarios.
Resalta el desinterés por la forma en la que el secretario del ayuntamiento, “el ingeniero que no es tal”, toma la votación de los asuntos de la reunión, leyendo en forma mecánica los nombres de los integrantes del cabildo, sin levantar la cabeza del papel que lee para ver el sentido del voto de los regidores y cerciorarse quien lo dijo, como es su responsabilidad, o mínimo por atención o cortesía política.
La reunión continua con discursos que casi rayan en demagogia, siempre en primer término y casi santiguándose al nombrar a Enrique Galindo, se nota que la instrucción a funcionarios es que en todo momento se nombre al presidente, a su esposa, y a los esfuerzos que magnánimamente hacen para los potosinos, y acostumbrase a pasar de la capital del “SI” al “San Luis amable”, que por más esfuerzo que se haga no se ve que tenga de amable la pobre calidad en los servicios que proporciona el ayuntamiento, o como se preguntan los empleados de varias oficinas del municipio, de donde está la amabilidad del secretario general, siempre con gritos y malos tratos.
Probablemente no funcionó la estrategia de comunicación del “SI”, sabiendo que mucha gente ve como un “NO” el desempeño de muchas áreas del municipio de San Luis Potosí.
Al respecto, en un momento de la reunión, una integrante del cabildo en su discurso puso énfasis en que las acciones y esfuerzos del ayuntamiento son para beneficio, después de “una votación histórica”, para los poco más de 195 mil personas que votaron por la continuidad de Galindo en la Presidencia Municipal, olvidando que las acciones del municipio indiscutiblemente no son, ni deben ser nada más para quienes votaron por el ganador.
Mientras tanto, en la reunión de cabildo: el regidor del partido verde, Jesús Mercado Garay hacía muecas y gestos como si tuviera tic facial o bruxismo, estableciendo de forma clara que los regidores de su partido no votarán a favor de la propuesta; la regidora de Movimiento Ciudadano o mejor dicho del grupo de lo que queda de Xavier Nava, toma el micrófono para ensalzar en un discurso contradictorio su inconformidad parcial y establecer de manera vehemente lo mal y desacuerdo que está con el incremento de los parquímetros y del impuesto del alumbrado públicos, mientras que en los hechos su voto es a favor del proyecto original que pretende lacerar más la economía de los potosinos.
Nadie de los integrantes del cabildo, investigó, entendió o fue portavoz la postura de los comerciantes del centro histórico que argumentan con razón, que a mayor costo de parquímetros, menor afluencia de personas a sus negocios, de los burócratas o trabajadores de oficinas privadas que regularmente desempeñan sus labores en el centro y que a la semana tienen que gastar en el estacionamiento de sus vehículos y ahora tendrán que pagar más, ni tampoco atendieron la voz de las personas que tienen que ir al centro a cualquier trámite o a pasear con la familia y que ahora preferirán otro lado en vez de admirar nuestro centro.
Son inexplicables los argumentos mañosos respecto al incremento de la tarifa de los parquímetros, tanto del Cabildo como de los funcionarios de Galindo, como si los potosinos fuéramos tontos o sea su intención engañarnos nuevamente, respecto de que “hace mucho tiempo no hay incremento en su tarifa, que el incremento “sólo” será de un peso por cada 15 minutos, o que los estacionamientos privados son más caros. Tampoco han considerado, que, de acuerdo a principios básicos de economía y ley de oferta, al incrementar los precios de los parquímetros, los dueños de esos establecimientos privados, van a aumentar sus cuotas, en detrimento aún mayor de la economía y de los visitantes al centro de la ciudad.
Inexplicable o mañosos también los argumentos respecto al impuesto al alumbrado público, servicio manoseado por corruptelas diversas desde hace ya varias administraciones municipales, presentando estadísticas respecto a que actualmente la ciudad, siempre hablando de la ciudad, y no del municipio, del que también sus zonas rurales, delegaciones y comunidades cuentan con los mismos derechos que los de la zona urbana, cuenta con 62 mil luminarias y una cobertura del 80%. Además, en esos argumentos con intención de engañar, Galindo argumentó que ese derecho de cobro ya lo hacia el municipio en los años ochenta y que, según él, hay muchas capitales de estados del país que ya lo cobran, siendo San Luis Potosí, una de las pocas que no lo hacen así.
Como si fuera un trabajo extenuante, los regidores ni siquiera tuvieron la decencia o la paciencia de escuchar de viva voz y al momento, los dictámenes a consideración y votaron por unanimidad que se dispensara su lectura, a sabiendas que tampoco en su desempeño previo, la mayoría los habían analizado, generado propuestas de mejoras, o por lo menos leído.
Para terminar, con mucha fatiga por tanto realizado, viene la votación. Gana la propuesta de Galindo, pero con un comportamiento por lo menos raro en el sentido del voto de los regidores y síndicos: de inicio, se esperaba y era normal que el voto de Galindo y de los dos síndicos fuera a favor de la propuesta; también era natural que siguieran la propuesta de Galindo, los regidores Julieta Abud, Alejandro Fernández, Maritza Vázquez, Rubén Lárraga, Limbania Martel, Francisco Pedraza, Margarita Hernández y por supuesto el regidor del PRD, Jorge López y por otro lado, se esperaba que los regidores del PVEM, MORENA, Movimiento Ciudadano y uno de los regidores del PRI Eikoo Koasicha votaran en contra de la propuesta, pero desafortunadamente no fue así; sólo los regidores del PVEM: Jesús Mercado, Luz Magdalena Cisneros y Diana Ivón Escobedo fueron en contra y los demás que se esperaba así lo hicieran también no lo hicieron. La otra sorpresa que se dio fue el voto en contra de la regidora del PAN María Eugenia Castro y la abstención del también regidor del PAN Edgardo Jasso, ¿Estará enojado por no tener ya suficientes canales de financiamiento?
Al final, la propuesta con los incrementos quedó como Enrique Galindo la quería, o la necesitaba.
Sólo queda la firme esperanza que los diputados del congreso del estado la rechacen, ni siquiera con los argumentos engaña bobos de que son sólo ajustes, sobre todo si los legisladores continúan la política de no incremento de impuestos prevista desde el gobierno del estado.
Lo que debería de hacer el ayuntamiento es transparentar las obras y acciones, los recursos humanos, especialmente asesores y operadores políticos, gastos en viajes y en hoteles, de la capital de otras partes del país y del extranjero y priorizar las necesidades de la realidad de la ciudadanía potosina.
Ese si será el mejor premio, real y socialmente consensado que pudiera obtener Enrique Galindo.
Ojalá las y los regidores, el presidente municipal y sus funcionarios acepten la propuesta de hacer recorridos continuos por toda la ciudad para que vean realmente las condiciones de los servicios y atención de las dependencias municipales, de las que la mayoría de los potosinos sufrimos día a día. La invitación está hecha, esperemos quien de ellos se apunta.
PD1: ¿De quiénes son todas las cabezas de funcionarios que pidió Fernando Chávez. “el ingeniero que no es”, para aceptar ser nuevamente secretario general del ayuntamiento, después de la mala experiencia de Galindo por haberle renunciado?
PD2: ¿Qué ha sucedido con los nombramientos pendientes de funcionarios del Municipio como Gerardo Aldaco y Martín Juárez entre otros, que a la fecha Galindo no les resuelve, a pesar de que expresó públicamente que estaban incluidos en su gabinete?
PD3: ¿Quién es el funcionario del municipio que medio turno se la pasa echando grilla universitaria y el otro medio turno fumando en los accesos de la unidad administrativa municipal?