Oposición sin pantalones o, la comodidad de Rubén Guajardo.
Por: El ángel guardián / 05 de julio de 2025
Hay imágenes que no necesitan pie de foto, pero esta ocasión es una excepción: aparece el diputado panista Rubén Guajardo, trajeado, peinado con esmero, cuidando cada gesto… pero simbólicamente sin pantalones. Y claro, no es referencia a la prenda de vestir o al significante vulgar del término, sino de una pieza indispensable en política: el valor civil de la denuncia integral como oposición al sistema y al poder establecido.
Y es que hay que tener la cara dura para salir en medios a pedir que “se investigue si hay campaña adelantada” por parte de la senadora Ruth González, mientras se lava las manos como Poncio Pilato versión 2.0. Dice el también coordinador de los diputados del PAN en el congreso local que él no sanciona, ni investiga; que eso le toca al INE y que, bueno, ellos, de oficio… que hagan su trabajo.
¿En qué momento dejamos de tener diputados de oposición con valor civil y llegamos a tener portavoces de obviedades, sin argumentos contundentes, “arroja culpas” y con una ideología basada más en sus conveniencias, que en lo que deberían de observar del actuar de los actores del poder?
El por cuarta vez sin medios resultados notables o por lo menos poco notables, el diputado local panista Rubén Guajardo debería saber más que nadie que el Congreso no es un correo de sugerencias. Como legislador, y sobre todo como miembro de la autoproclamada “oposición responsable”, tiene algo más que el derecho: tiene la obligación de actuar. Tiene instrumentos legales a su alcance: denuncias, quejas y exigencias a las autoridades electorales, solicitudes formales de fiscalización. Si quisiera pudiera tener micrófonos, medios, narrativa, argumentos, investigación, retórica, etc. Pero no. Prefiere hacer declaraciones tibias y lanzar indirectas como quinceañera despechada en Instagram.
Porque, claro, es más cómodo pedir que “alguien haga algo” mientras él, como legislador y político ansioso de poder observa la realidad y la necesidad social desde la barrera.
Eso no es ser oposición, eso es ser comentarista político con fuero. Si cualquier político está haciendo campaña anticipada entonces que realice su trabajo y asuma su responsabilidad como opositor. ¿O da frío?
Las declaraciones de Guajardo Barrera suenan como esa gente que ve un incendio y en lugar de llamar a los bomberos, dice: “No han llegado, deberían venir a apagarlo, ¿no?”.
Y mientras tanto, diversos personajes de todos los partidos políticos en todo el estado andan felices tomándose la selfie en cada pueblo o ranchería a los que van o se auto invitan, con el eslogan a punto de caramelo y el equipo de redes a veces de bajo perfil y otras pagando cientos de miles de pesos por la asesoría, haciendo campaña o cínicamente argumentando que lo que hacen es puro “posicionamiento personal”. Ya saben, ese eufemismo de la trampa legal para hacer proselitismo antes de tiempo sin que se note tanto. Y si se nota, pues ni modo, las autoridades electorales deberían actuar de oficio… ¿verdad, diputado Guajardo?
Pero no es sorpresa esta actitud de las y los legisladores panistas potosinos. Lo suyo no es la firmeza, ni la acción, ni la responsabilidad con la ciudadanía o la veraz y continua vigilancia opositora. En los últimos 10 años. desafortunadamente ha sido la tibieza institucionalizada, el comunicado ambiguo, el silencio cómplice y la oposición de utilería y hoy, en sus diputados locales prima la hipocresía del discurso azul y el voto verde, la preservación de canonjías, el no hacer ruido para que no descubran el pasado de por lo menos dos de ellos y muchas otras “cualidades” más.
Cuando la democracia necesita guardianes, las y los legisladores panistas salen con discursos dignos de concurso de oratoria en secundaria, pero que ni maestra tienen, porque su dirigente estatal está más interesada y ocupada en su futuro y en diversas negociaciones políticas que en perfilar el liderazgo de su partido y recuperar la confianza de la ciudadanía.
Y sí el PAN como oposición pretende recuperar la confianza ciudadana, hay que dejar en claro, que si eso es todo lo que va a hacer como oposición —pedir con voz temblorosa que “se investigue” sin mover un solo dedo— más vale que ni se postulen en el 2027.
No necesitamos más sillas ocupadas por figuras decorativas. En el pueblo a eso le llaman tener poco carácter. O, para decirlo corto y claro: pocos arrestos. Así que, a manera de observación, la próxima vez que el diputado Guajardo sienta el impulso de dar una entrevista para “fijar postura”, mejor que se la ahorre, o que llegue con argumentos, posturas y pantalones bien puestos.
Ya bastante tiene este estado con los políticos que tiene, de todos los partidos, de todos los ámbitos y poderes de gobierno como para además soportar y volver a creer en los que se dicen oposición y no pasan de ser espectadores bien peinados, esperando la oportunidad de seguir beneficiándose personalmente.
