Los resultados de no llevar porra o, una crónica de las dos caras de la moneda.
Por: El Ángel guardián / 16 de septiembre de 2025
- Queridos lectores, en San Luis Potosí ya no necesitamos ver comedia en Netflix; basta con asistir a un evento político para reír, llorar o simplemente confirmar que en este país la realidad siempre supera a la ficción. El último episodio de este “reality show” se vivió en el Centro de Negocios Potosí, donde la presidenta, Claudia Sheinbaum, presentó su primer informe de gestiones. Un acto solemne, institucional, cargado de símbolos, con la consabida “guerra de porras y gritos a favor y en contra entre simpatizantes de la 4T y el Gallardismo, hasta que apareció en escena un actor imprevisto, el alcalde Enrique Galindo quien fue invitado, que “tenía que estar”, pero no se sabía bien a bien, si “debía estar”, hasta que circularon en esas perversas redes sociales unas fotos en las que se ve al munícipe rodeado de las tres mujeres que representan a MORENA en el país y en el estado.
- El alcalde Galindo cometió el error de no llevar los suficientes simpatizantes, porque, hay que decirlo, si algo sabe hacer el potosino promedio es acompañar los rituales políticos con música de fondo; en esta ocasión, la sinfonía elegida fue un sonoro “¡Fuera!, ¡Fuera!” que acompañó cada paso del edil como si de tambores de guerra se tratara. La escena parecía sacada de una tragicomedia: Galindo avanzando con su sonrisa de campaña eterna, saludando como en medio de un anuncio de campaña, mientras las gargantas morenistas y verde-ecologistas le recordaban que, para ellos, su presencia era más molesta que un bache en plena avenida Carranza.
El choque de las tribus.
- El momento fue de antología. De un lado, militantes del Verde y de Morena, esos que en el discurso oficial predican la “unidad” y la “transformación”, pero que en la práctica se dan con todo un día sí y, el otro también, y no perdieron la oportunidad de hacer leña del árbol aún en pie. Del otro, el puñado de simpatizantes del alcalde intentó amortiguar el linchamiento político coreando tímidamente “¡Galindo!”, pero fueron devorados por el rugido mayoritario que los calló con un doble “¡Fuera!, ¡Fuera!”.
- La coreografía espontánea se sintió como un referéndum exprés: mientras Galindo extendía la mano para saludar a los de primera fila, -entre ellos la diputada morenista Jessica Gabriela López Torres, que observaba el espectáculo con cara de quien recibe un regalo inesperado, pero en algunas fotos se le ve con la mano al hombre del alcalde-, los gritos iban marcando el paso de su breve calvario público.
- Y es que, seamos claros: si a nivel federal los presidentes municipales suelen pasar desapercibidos en los grandes eventos, aquí nuestro alcalde logró exactamente lo contrario. En cuestión de segundos, se robó los reflectores en medio de la marabunta canibalesca en la que se ha convertido la política potosina… Y vendrán tiempos peores, dirían los estudiosos.
El “informe paralelo”.
- El acto estaba diseñado para escuchar el informe de la presidenta Sheinbaum y ver y “leer” los mensajes velados sobre todo entre ella, su secretaria de gobernación y el gobernador, sin embargo durante un tiempo, los reflectores enfocaron hacia ese improvisado despiadado plebiscito ciudadano más duro que cualquier auditoría del SAT, que se vivió con el “aplausómetro” y el “porrametro” de cada evento, en el que por aplastante mayoría, a Galindo fue el único al que le toco rendir cuentas sin abrir la boca; cada “¡Fuera!” fue una señal de la percepción de sus contrincantes políticos, acerca de sus intenciones.
- El informe presidencial hablaba de avances, programas sociales y promesas de futuro; pero el informe paralelo, el que escribieron los gritos en el aire, hablaba de la distancia entre el edil capitalino y las bases políticas que dominan hoy la plaza. Y lo gritaban sin piedad, como recordándole que, en la política, la popularidad es volátil: un día te aplauden en la Plaza de Armas, y al siguiente te abuchean en el Centro de Negocios.
La moraleja del sainete.
- Lo ocurrido deja varias lecciones. La primera: que en San Luis Potosí la política sigue siendo un espectáculo de gladiadores, donde el aplauso y el abucheo valen más que los discursos. La segunda: que Galindo, con todo y sus intentos de mostrar “institucionalidad”, no logra conectar con quienes hoy dominan el tablero político estatal. Y la tercera, quizás la más amarga: que en la tierra del “bache eterno”, el grito de “¡Fuera!” puede volverse la banda sonora de una administración.
- Pero no tardaron otras señales o el desquite, al circular y calificar positivamente el diputado Carlos Arreola de MORENA, las fotografías del alcalde Galindo con la presidenta, y las hermanas “RR”, Rosa y Rita, Rodríguez, aminorando, lo que podría quedar en la memoria del alcalde caminando entre gritos, en una escena que bien podría titularse: “La insoportable levedad del repudio”.
- Querido lector, no se engañe: los políticos son expertos en fingir que no escuchan. Versiones del mal informado Eduardo Marceleño y parte de su grupo de delincuentes que tiene, dirán que fueron “sólo unos cuantos” los que gritaron. Pero ya sabemos cómo funciona: primero minimizan, después niegan, y al final terminan aceptando que la política, como la vida misma, siempre cobra factura. Y en San Luis, esa factura será liquidada a favor o en contra, a más tardar en el 2027.
