Llamará el Consejo Político Estatal del PRI a comparecer a Enrique Galindo Ceballos y decidir si activan el proceso para su posible expulsión de ese partido.
Ignacio Rafael Acosta DL / 29 de noviembre de 2024
Según información proporcionada por fuentes internas del PRI, el Comité Directivo Estatal de ese partido en San Luis Potosí iniciará en próximos días y a través de sus instancias internas correspondientes el proceso de citar a comparecer y en todo caso, posteriormente y como parte de sus procesos internos del ámbito nacional, decidir la posible expulsión de Enrique Galindo Ceballos como militante de ese partido, en el que el presidente municipal ha declarado que pertenece alrededor de 30 años, pero también que él sigue siendo priista “de un PRI que no le gusta”, y que se siente “nada más tres cuartos priista”, según declaró anteriormente.
Las razones de tal decisión, serían posiblemente tres de forma principal entre otras causas:
En primer lugar la propuesta de Galindo ya aprobada por el cabildo del ayuntamiento de incrementar las tarifas de los parquímetros, actas de matrimonio y defunción y otras, así como la implementación de un nuevo impuesto o derecho por el uso de alumbrado público, a pesar de que apenas hace unos días, cuando Galindo presentó el proyecto de ley de ingresos 2025 que proponía el gobierno municipal al cabildo, se declaró que iba sin impuestos y que solo se planteaba ampliar la contribución de deudores y otros derechos y aprovechamientos, como en comercio y desarrollo urbano entre otros.
La posible segunda razón, sería el apoyo abierto, incondicional y directo que Galindo ha mostrado en el proceso interno de la elección de la dirigencia estatal del PAN, vitoreando y apoyando públicamente la reelección de la actual presidenta Verónica Rodríguez, y el posible conflicto de intereses por apoyar a la fracción del PAN en el senado y a su esposa Estela Arriaga, senadora suplente, ahora en funciones por el permiso de Verónica Rodríguez a la senaduría.
Y tres, los comentarios públicos que se dieron a conocer de Galindo Ceballos criticando en su momento las reformas internas del PRI que permitirían la reelección de Alejandro Moreno a la presidencia nacional de ese partido, así como su influencia sobre diversos consejeros nacionales de San Luis Potosí en su momento y ahora funcionarios del ayuntamiento en la misma línea crítica.

Según lo confirmado por la fuentes priistas, los directivos del Revolucionario Institucional solo están a la espera que el Comité Ejecutivo Nacional dé luz verde para citar a la reunión de su consejo político estatal en la que se cite a comparecer y dar cuentas a Galindo Ceballos, basados entre otros en los artículos 62 y 116 de los estatutos priistas, esperando explique las razones de cualquiera de las tres posibles razones enunciadas anteriormente u otras, desconociendo si en función de la primera, el incremento de tarifas y el nuevo impuesto, en este llamado se hará también comparecer a las y los regidores del PRI que también votaron a favor de la propuesta y a funcionarios del municipio que participaron en su elaboración.

Para entender mejor la importancia de éste ya casi pleito de comadres entre priistas, con todo respeto a las comadres, hay que conocer la realidad del comportamiento electoral de las dos últimas elecciones al Ayuntamiento de la capital, en las que Galindo Ceballos ha ganado en dos ocasiones en 2021-2024 y la reelección para 2024-2027 como candidato en coalición, en la primera de 2021 conformada por el PAN-PRI-PRD y Conciencia Popular, y en la de 2024, con el PAN-PRI-PRD.
De acuerdo a los resultados electorales, si bien el PAN le da a Galindo Ceballos el mayor número de sufragios en ambas elecciones, en 2021 90,830 votos, el 63.22% del total y en 2024 127,028 votos, el 64.97% del total de votos obtenidos por la coalición; la aportación que hace el PRD a la coalición es mínima también, al obtener en 2021, solo 7,572 votos, el 5.27% y en 2024 14,629, el 7.48%, y Conciencia Popular en 2021, 4,615 votos, el 3.21%, el PRI, partido de origen de Galindo, es quien le da el voto decisivo para ganar la elección, obteniendo en 2021 40,633 votos, el 28.29 % y 53,873 votos, el 27.55% en 2024
En el análisis de estos resultados, resalta sobre todo el valor del PRI para los triunfos de Galindo que, en 2021 con la coalición ganadora del PAN-PRI-PRD-PCP obtuvieron en total 143,630 votos contra 110,870 votos de la coalición PVEM-PT, es decir 32,760 votos y en 2024, la coalición ganadora del PRI-PAN-PRD sacó en total 195,530 votos contra 165,874 votos de la coalición PVEM-PT-MORENA, es decir 29,656 votos.
Para decirlo claramente, sin el PRI, en ninguna de las dos elecciones Enrique Galindo hubiera ganado la elección, pero sin el PAN, su candidatura y campaña hubieran sido simbólicas nada más, razones por las que Galindo de forma leal debió actuar con más profesionalismo político y cumplir con los compromisos pactados, como lo hacen todas las fuerzas políticas, por más que se vistan de un manto de pureza y negación de esta lamentable realidad de la política.
A partir de éstos resultados, sin concretar de manera formal o informal un gobierno municipal de coalición, aunque este concepto lo incluyó Galindo en su discurso algunas veces, los compromisos con ambos partidos no fueron del todo cumplidos sobre todo con el PAN en la primera administración 2021-2024 y en ésta 2024-2027 con el PRI, a quien como partido le incumplió los compromisos previamente pactados, según declaraciones diversas de la dirigencia del PRI, con cinco direcciones en la estructura del Ayuntamiento de San Luis Potosí.
De acuerdo a documentos básicos del PRI, el artículo 257 de los estatutos del PRI prevén la expulsión de los militantes de ese partido por diversas causas señaladas en los siguientes incisos, siendo incierta la duda de cuál o cuántas de ellas serán las más posibles motivo para concretar esa acción, Usted mismo juzgue y decida:
I. Atentar, de manera grave, contra la unidad ideológica, programática y organizativa del Partido; II. Sostener y propagar principios contrarios a los contenidos en los Documentos Básicos; III. Realizar acciones políticas contrarias a los Documentos Básicos o a los lineamientos concretos de los órganos competentes del Partido; IV. Realizar actos de desprestigio de las candidaturas sostenidas por el Partido u obstaculizar las campañas respectivas. Llevar a cabo actos similares respecto de los dirigentes o sus funciones, u otros que atenten en contra de la integridad moral o la vida privada de candidatos y candidatas o dirigentes, funcionarios y funcionarias o representantes populares priistas; V. Difundir ideas o realizar actos con la pretensión de provocar divisiones en el Partido; VI. Solidarizarse con la acción política de partidos o asociaciones políticas antagónicas al Partido; VII. Promueva y apoye actos de proselitismo de candidatos o candidatas de otros partidos o independientes; VIII. Proceder con indisciplina grave, en relación con las determinaciones de las asambleas y demás órganos del Partido; IX. Enajenar o adjudicarse indebidamente bienes o fondos del Partido; X. Cometer faltas de probidad o delitos en el ejercicio de las funciones públicas que se tengan encomendadas; XI. Que exista sentencia firme e inatacable en su contra por ejercer violencia política contra otro u otra militante del Partido; XII. Presentar de manera dolosa, una denuncia con hechos infundados ante los órganos disciplinarios a que se refiere este Capítulo; y XIII. Recibir condena o sanción mediante resolución firme por conductas que constituyan violencia política contra las mujeres en razón de género.
Si bien habrá que esperar quienes o porque razones se inicia el procedimiento de expulsar del PRI a Enrique Galindo, también no hay que perder de vista los procesos internos en esos casos de ese partido a través de la actuación de por lo menos dos de sus entidades internas como serían las comisiones estatal y nacional de ética partidaria y las respectivas de justicia partidaria, esta última con las atribuciones de aplicar la expulsión de militantes, tampoco hay que perder de vista dos escenarios posibles:
Uno. Lo que en derecho le corresponde a Enrique Galindo como militante priista, establecido en el artículo 258 de los estatutos que establece que para que la comisión de justicia partidaria imponga una sanción, primero deberá basar su actuación previa denuncia presentada por una o un militante, sector u organización del partido, con las debidas pruebas y que en todo caso, el denunciado deberá tener la garantía de audiencia y de defensa y al momento, se desconoce si alguien por interés personal o por encargo político, ya presentó la denuncia según se marca en los estatutos.
Dos. Que, al conocer esta noticia de iniciar los procesos internos de su expulsión del PRI, Enrique Galindo decida renunciar a su partido para no darle oportunidad a la dirigencia de iniciar los procesos establecidos, y a su vez, un determinado grupo de priistas, sobre todo quienes son empleados de la administración municipal también presenten si renuncia, y emigren al PAN, para apoyar la candidatura de reelección de Verónica Rodríguez, y su alianza de corto y mediano plazo con Galindo para la Gubernatura.
En todo caso no hay que olvidar que ésta situación ha ido más allá de lo político partidista y se ha convertido en un pleito personal entre Galindo y Sara Rocha y sus respectivos equipos, resaltando que Galindo no sólo se tiene desavenencias a nivel estatal del PRI, sino también con Presidente Nacional del PRI, Alejandro Moreno y con muchos otros miembros de la cúpula de ése partido y que en el 2015, tuvo que regresar a reacomodar sus pertenencias en su oficina de comisionado general de la policía federal, después que no le fue asignada la candidatura a gobernador del estado .

Tampoco hay que perder de vista que Galindo debe cuidar más el perfil de quienes son su equipo político, ya que parte de su gabinete parece jardín de rancho después de una fiesta patronal, “con puro cartucho quemado”, además de que formaron parte de la “herencia maldita” y no debe seguir en una carrera sin freno de estar confrontándose con la mayoría de los actores políticos del Estado, con la esperanza de que si no fuera candidato a la gubernatura en 2027 por el PRI, entonces iría con el PAN de Verónica Rodríguez, si no, entonces buscará fortalecer a lo poco que queda del PRD; pero en todo caso si no funciona, entonces le cerrará el ojo a MORENA por su presumida relación, siempre con sus asegunes con el Secretario de Seguridad Federal Omar García Harfuch, y al final, esperando un milagro, siempre le quedaría el partido verde, a quien se dice que también le tiene prendido un cirio pascual. Como se observa su estrategia, no se daría por descontado que forme su propio partido político o platique con Oscar Vera para rescatar lo que queda de Conciencia Popular.
Por su parte, Sara Rocha debe entender que su papel como presidenta estatal de un partido político como el PRI, quizás en sus últimas respiraciones, está obligada desde su posición a resucitarlo a como dé lugar, conciliando, negociando y haciendo política y no agarrando en contra cualquier cosa que vaya en contra de las instrucciones de Alito, de ella misma, o que huelan a Galindo.
Al final, lo que importa es buscar y obtener el poder, aunque sea una pequeña porción de él.
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Llamará el Consejo Político Estatal del PRI a comparecer a Enrique Galindo Ceballos y decidir si activan el proceso para su posible expulsión de ese partido.
Ignacio Rafael Acosta DL / 29 de noviembre de 2024