La piñata electoral: todos le pegan, nadie la rompe y todos quieren los premios.
Por: El ángel guardián / 01 de julio de 2025
- En este rancho grande —al que algunos llaman San Luis Potosí— los partidos políticos siguen dándose vida de jeques árabes, recibiendo millones del erario como si estuvieran resolviendo los grandes problemas del país. Claro, con nula transparencia y con una desfachatez digna de exportación.
- Sin duda alguna, si hay algo que caracteriza al sistema político potosino, es esa capacidad infinita de convertir el dinero público en humo… o en viajes, favores, nóminas doradas y hasta en fiestecitas privadas. ¡Qué bonito es lo bonito!
- Pero empecemos con el rey de la selva electoral local: el Partido Verde Ecologista de México, que de ecologista sólo tiene el color del dinero y en ese sentido todos los partidos están a favor de la ecología. Este partidazo se embolsa la nada despreciable cantidad de 44 millones de pesos anuales. ¿Y sabe Usted cuánto se va en nómina? Apenas medio millón de pesos. Es decir, después de pagarle a los tres auxiliares que están en la oficina (y eso si van), todavía les queda una montaña de dinero para… bueno, para quién sabe qué. Y no lo decimos nosotros, lo dicen los portales de transparencia que, casualmente, no dicen nada. ¡Qué conveniente!
- ¿Y el resto del recurso? Ah, ese misterio podría estar al nivel del triángulo de las Bermudas o del paradero de los documentos de la Casa Blanca sobre ovnis. ¿Viajes? ¿Campañas disfrazadas de “formación política”? ¿Galletitas de avena gourmet en las juntas? ¿Gasolina premium para la camioneta de lujo del dirigente estatal? Uno nunca sabe, porque el acceso a esa información está más restringido que el sacerdocio para las mujeres.
- Ahora bien, no piense Usted el PRI, el PAN y otros partidos están cruzados de brazos viendo cómo el Verde se hace su agosto. ¡Claro que no! Ellos también están haciendo lo suyo, y quizás más. Total, como son los últimos tres años de prerrogativas que les quedan a algunos de ellos antes de morir políticamente, más vale desquitar lo que queda de presupuesto. Lo saben, lo sienten… por eso le están exprimiendo hasta el último peso a la partida pública como si fuera limón de mercado caro.
- Pregúntenle al regidor capitalino del extinto PRD, ese al que le tocó echarle llave al partido y no volvió a ver ni un quinto partido por mitad. Porque sí, mis estimados lectores, la vida da vueltas, y el que ayer cobraba por calentar silla en un partido desaparecido, hoy tiene que conformarse con contar anécdotas y firmar asistencias para la foto.
- Lo irónico —y de risa loca— es que, a nivel nacional, los partidos de “oposición” (con muchas comillas, porque parecen empleados del sistema) se oponen fervientemente a que se eliminen las prerrogativas. ¡Cómo no! Si del erario viven mejor que muchos empresarios. ¿Transparencia? ¡Eso es para los ingenuos! Ellos tienen la certeza de que mientras más oscuro, mejor se reparten la piñata.
- Y es que vivimos en un país tercermundista, con un estado que parece no haber entrado al siglo XXI, con regresiones permanentes al PRI de los 70´s, donde cada día faltan más servicios básicos, pero eso sí, cada vez hay más impuestos. Y aquí no hay distinción de colores: verde, azul, tricolor, guinda o arcoíris. Todos cobran, todos callan, todos gastan; ahí está MC que Marquito el Negro Gama, tiene en la nómina a su hermana y otros familiares.
- Y aunque estemos hablando de los recursos de los partidos políticos, no olvidemos los gastos del alcalde Enrique Galindo, que fue hasta el Vaticano para invitar personalmente al Papa. Tranquilos, no fue con dinero público —dice él— sino con recursos propios de su misma cuenta bancaria. Aunque aquí en la capital seguimos sin agua, con calles que parecen trincheras y un chingo de inseguridad. Eso ni el León XIV lo perdonaría.
- No hay que olvidar que, de forma velada, el municipio de la capital “actualizó el impuesto predial” (porque eso suena más bonito que decir que lo subió), y hoy los potosinos pagamos más, a cambio de no mucho. Las colonias se siguen inundando, los semáforos funcionan cuando quieren y los poliSÍas (sic) siguen siendo parte del paisaje urbano, no del combate o prevención del crimen.
- Así que la próxima vez que vea una lona de un partido político, piense que cada centímetro de ese anuncio lo pagó usted, desde su recibo de agua, desde su predial inflado, desde esa tenencia que creía extinta, desde ese IVA o ISR que paga. Y mientras usted junta monedas para pagar la luz, los partidos compran pantallas planas para ver quién los traicionó esta semana.
- Pero no se preocupe. El sistema sigue funcionando. Mientras el dinero siga cayendo y la ciudadanía no diga o no haga nada, la opacidad, la corrupción y la demagogia seguirán siendo el pan de cada día.
